martes, 19 de febrero de 2013

Evaluación de sistemas

Evaluación de sistemas


Introducción
La evaluación del sistema educativo debe permitir la realización de una fotografía/radiografía del momento para obtener un diagnóstico del estado actual de la educación que facilite y guie la toma de decisiones respecto a los cambios que son necesarios implementar para mejorar e incrementar la calidad de todo el sistema.
Toda mejora del sistema educativo debe partir de la evaluación del propio sistema, éste lo podemos contemplar de forma global (en su conjunto) o bien de forma segmentada focalizando el interés de la evaluación en determinados aspectos. Esta mirada global o parcial es importante para poder comprender los resultados obtenidos y comunicarlos de forma pertinente a la sociedad; por ello, cuando nos referimos a la evaluación del sistema educativo es preciso clarificar que es lo que se evalúa: los profesores, el resultado obtenido por los estudiantes, el proceso de enseñanza-aprendizaje, las instituciones escolares, los recursos destinados,...
El funcionamiento del sistema educativo es una preocupación que atañe a todos sus ciudadanos y que requiere recursos de ahí la necesidad de evaluarlo, Cano (1998: 155) justifica su interés en torno a cuatro motivos:
1.      Conseguir más información o superar la falta de datos.
2.      Tomar decisiones, orientar la política y conducir los procesos de cambio.
3.      Rendir cuentas y valorar los resultados.
4.      Mejorar el funcionamiento de los centros.
Efectivamente, su justificación está más que argumentada, sin embargo hay ciertas cuestiones que precisan algunas clarificaciones.
¿Qué evaluamos en concreto del sistema educativo?; ¿cómo lo evaluamos?; ¿en base a qué criterios se ha establecido?; al analizar los resultados y compararlos con los obtenidos en otros países ¿tenemos en cuenta todos los factores?; ¿quién realiza las evaluaciones?

Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) inició en la última década del siglo XX la publicación de indicadores educativos dirigidos a los gobiernos integrantes de su organización con el propósito de proporcionar unas directrices para orientar sus políticas educativas. Esos indicadores evidenciaron la necesidad de evaluar periódicamente su sistema educativo e incorporar a la evaluación el concepto de competencia básica; así surgió la elaboración del Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos conocida como "el programa PISA".
Con ello la OCDE ha propiciado, en los países pertenecientes a su organización (y en otros que se adhieren a ella), el debate social y político sobre la eficacia de sus sistemas educativos y referente a la formación de ciudadanos competentes capaces de adaptarse y responder a lo largo de toda su vida a las nuevas demandas socio-económicas. Actualmente PISA representa:
«un compromiso de los gobiernos para conocer mejor el funcionamiento de los sistemas educativos y proporcionar nuevas bases para el diálogo político y la colaboración en la definición y adopción de los objetivos educativos y de las competencias que son relevantes para la vida adulta» (PISA 2009).
PISA es un estudio comparativo a nivel internacional que evalúa el rendimiento de los alumnos de 15 años, justo antes de finalizar su etapa escolar obligatoria, a través de la evaluación de ciertas áreas consideradas clave como son: la competencia lectora, la competencia matemática y la competencia científica. El estudio se realiza cada tres años y en cada edición se enfatiza de manera profunda una de las tres áreas; cada cuatro años se revisa el marco y los instrumentos de evaluación para cada una de ellas[1]. Además evalúa las políticas educativas a través de la recopilación de datos contextuales.
Estas pruebas evalúan los conocimientos adquiridos en cada área, la capacidad de extrapolar lo aprendido y también su aplicación a situaciones cotidianas, nuevas y cambiantes; por lo tanto se proporciona una atención al proceso de comprensión y a la capacidad de desenvolverse ante determinadas situaciones en de cada área. En definitiva se valora si los alumnos son capaces de usar los conocimientos y destrezas adquiridos en situaciones cotidianas que puedan ser relevantes.
Las pruebas PISA recogen datos de:
·         Pruebas cognitivas escritas en formato papel o formato electrónico referentes a las tres competencias básicas: lectora, matemática y científica.
·         Cuestionarios de contexto que rellenan los alumnos y los directores de centro que recogen información sobre datos socioeconómicos; las percepciones de los estudios y del centro escolar (por parte de los alumnos y de los directores).
El informe PISA ofrece los resultados obtenidos por cada país y los compara con: a) los promedios de la OCDE; b) con los obtenidos en ediciones anteriores; y c) con los países de su entorno. Además aporta información sobre aspectos del entrono familiar y escolar, sobre la organización de los centros y su oferta educativa y sobre la inversión pública de cada país en educación, pues considera que son aspectos a tener en cuenta y que influyen en los resultados obtenidos. De ahí que en análisis y la interpretación de los informes deba realizarse desde una perspectiva global teniendo en cuenta, además del rendimiento de los alumnos, todos los factores que intervienen así como las características socioeconómicas y contextuales de los países participantes.
Los principales tipos de resultados aportan información referente a:
  • Resultados globales y niveles de rendimiento en comprensión lectora y en las competencias matemática y científica, es decir, qué saben hacer los alumnos; y resultados en las diferentes dimensiones de las mismas.
  • La relación entre los resultados y distintos factores asociados, como son los contextos sociales, económicos y culturales, así como circunstancias individuales de los alumnos y de la organización y el funcionamiento de los centros.
  • Análisis de tendencias, que se derivan de la recogida cíclica de datos; muestran los cambios en los niveles y en la distribución de los resultados, y en las relaciones entre las variables y los resultados del entorno de los alumnos y los centros.
 (PISA 2009. Informe español 1. El estudio PISA 2009: 17-18))
España participa en este estudio desde la primera convocatoria en el años 2000, en las sucesivas ediciones diversas Comunicadas Autónomas (CCAA) han incrementado su muestra para obtener datos representativos de su alumnado. En el año 2009 participaron un total de 25.000 alumnos.

Beneficios aportados por el estudio PISA
Sus informes han propiciado que se genere un debate sobre la eficacia y la eficiencia de los sistemas educativos por parte de los gobiernos y por toda la sociedad en general (profesores, padres, expertos,...), asimismo han favorecido la necesidad de incorporar la evaluación de los mismos y su revisión y actualización.
Otra aportación es la explicitación de las pautas seguidas por las políticas educativas y las tendencias que sugieren el camino hacia los futuros cambios. La publicación de los resultados van más allá de la pura comparación entre países a modo de ranking puesto que también incluyen las diferencias contextuales y las medidas adoptadas por los gobiernos en el transcurso del tiempo para obtener los mejorares resultas.
Permite visualizar que sus resultados responde a un conjunto de factores que intervinientes en los resultados responden al conjunto de factores de influyen Hay circunstancias específicas que facilitan unos resultados más óptimos y circunstancias que no los favorecen.
El informe cita aquellos factores que considera que intervienen e influyen de forma particular en los resultados, por lo tanto se puede analizar qué circunstancias contextuales son más optimas y propicias para incrementar la calidad del sistema educativo (y por tanto los resultados de los alumnos) y qué situaciones no son favorables.
También ha suscitado un gran debate en torno a la necesidad de que el sistema educativo facilite, permita y asegure a los alumnos la adquisición de las competencias básicas para que puedan convertirse en ciudadanos capacitados para aprender a lo largo de toda la vida.

Algunas reflexiones
¿Qué se entiende por competencia? ¿Y cómo se evalúan las competencias?
En el proyecto de la OCDE denominado Definición y Selección de Competencias (DeSeCo), referente básico del enfoque comprensivo de las competencias, define éstas como:
«la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz”; se trata, por tanto de un “saber hacer”, esto es, un saber que se aplica, es susceptible de adecuarse a una diversidad de contextos y tiene un carácter integrador, abarcando conocimientos, procedimientos y actitudes».
(Cuadernos de Educación de Cantabria, 2 (2007: 7)
En concordancia con esta definición:
«PISA trata de valorar hasta qué punto los alumnos son capaces de usar los conocimientos y destrezas que han aprendido y practicado en la escuela cuando se ven ante situaciones en los que esos conocimientos pueden resultar relevantes».
(PISA 2009. Informe español 1. El estudio PISA 2009:17)
Se parte de una determinada concepción "competencia" que se ha introducido en los currículos de los sistemas educativos pero que sus orígenes proceden del mundo empresarial, del mundo del trabajo. Al tratarse de un concepto que se ha trasladado a la educación surgen ciertas divergencias. En primer lugar no existe un consenso entre todos los educadores sobre que entendemos por "competencia", de ahí las diferentes definiciones que divergen unas de otras en una serie de matices; Perrenoud (2012: 57) ya nos avisa y advierte de ello[2] cuando expone su concepción de competencia de que esta «no es la única posible» y añade la necesidad de consensuar su conceptualización.
«Una competencia es un poder de actuar eficazmente en una clase de situaciones, movilizando y combinando en tiempo real y de forma pertinente recursos intelectuales y emocionales».
(Perrenoud, 2012: 57)
¿Cómo vamos a evaluar las competencias adquiridas por los alumnos si no entendemos todos los profesionales lo mismo a nivel conceptual? ¿Podemos evaluar las competencias a través de pruebas de rendimiento? ¿Cómo se deben evalúan las competencias?, ¿a través de qué instrumentos?
Si evaluar conocimientos de forma pertinente y adecuada ya entraña sus problemas, que vamos a decir de evaluar las competencias (no olvidemos que la competencia engloba "el saber, el saber hacer y el ser"); a mayor complejidad de lo evaluado, mayor dificultad del proceso evaluativo. Evaluar competencias comporta la elección de instrumentos adecuados y/o rediseñar algunos de utilizados hasta el momento. Además significa replantearse la forma de entender la educación a nivel de todo el sistema educativo, y por ende por parte de cada uno de los profesionales que participan en el mismo. También aquí la evaluación adquiere una nueva argumentación que justifica aún más que esta forme parte del propio proceso de enseñanza-aprendizaje (E-A).
Incorporar en el sistema educativo la evaluación por competencias significa priorizar una determinada mirada y percepción del significado del proceso de enseñanza-aprendizaje (E-A). Ahora ya no se trata de explicar y luego evaluar conocimientos y ya está. Ahora se trata de diseñar unos curriculums que permitan a nuestros alumnos desplegar situaciones de aprendizaje facilitadoras del máximo desarrollo competencial, con progresivas evaluaciones (Gairín, 2009: 61) que proporcionen un feedback formativo. Ahí está el verdadero cambio y el camino a seguir, es evidente que ya no podemos pretender evaluar las competencias sin la incorporación de las oportunas modificamos en la percepción del proceso de E-A y en el curriculum. Por último añadir que todo cambio requiere reflexión, implicación, recursos y tiempo para obtener resultados satisfactorios.




Bibliografía
Cano García, E. (1998). Evaluación de la calidad educativa. Madrid: La Muralla.
Gairín Sallán, J.; García San Pedro, MªJ.; Gisbert Cervera, M.; Rodríguez Gómez, D.; Cela Ranilla, JMª. (2009) La evaluación por competencias en la universidad: posibilidades y limitaciones. Dirección General de Política Universitaria. Programa de estudios y Análisis- Ministerio de Educación EA2008-0086.
Perrenoud, P. (2012) Cuando la escuela pretende preparar para la vida. ¿Desarrollar competencias o enseñar otros saberes? Barcelona: Graó
PISA (2009) Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos. OCDE Informe Español. Ministerio de Educación: Instituto de Evaluación.(www.institutodeevaluacion.educacion.es)
PISA (2009) La lectura en PISA 2009: Pruebas y marcos de la evaluación. Gobierno de España, Ministerio de Educación: Instituto de Evaluación.(www.institutodeevaluacion.educacion.es)


[1] Esta publicación presenta la teoría que subyace a la evaluación PISA 2009 e incluye la reelaboración y ampliación del marco de la competencia lectora, que incorpora un aspecto innovador relativo a la capacidad para leer y comprender textos académicos electrónicos, reflejando así la importancia de la información y las tecnologías informáticas en las sociedades modernas. En: La Lectura en PISA (2009). Marcos y pruebas de la evaluación.
[2]Otros autores aportan sus definiciones (Guillevic: 1991, Gillet: 1991, Tardif: 1996, Le Boterf:1994; citados en Perrenoud: 2012) por tanto ya se puede entrever que no existe un acuerdo unánime en su definición y ello se tras lada a otra cuestión: a la evaluación de las mismas.


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